Día 22 - No a la mordida... ¿O si?

MANUEL, AHORA Sí RAMON CUMPLE SU PROMESA.

Esta vez el relato se divide en dos pero ambas cuestiones van ligadas. La primera tiene que ver con la ley y la otra con algo digamos.... más sabroso, es algo que Ramón había prometido hace algunos días pero que hasta ahora pudo escribir.

El día de la fiesta de los 8 meses de Blue Radio, Ramón se bañó temprano y se arregló para salir esa noche. En punto de las 9 de la noche salió de su casa, notó algo extraño pero no le dio importancia, se trataba de un embotellamiento en el libramiento norte, algo que no es normal en la ciudad de Tuxtla Gutiérrez pero pensó que trataba de un accidente.
En punto de las 9:15 llegó a casa de Karina Matus. Gibrán estaba nervioso, Ramón no sabía por qué hasta que vio que la suegra de Giby estaba sentada en la sala mientras que Kary lo presionaba para "pedir permiso y hora de regreso". Gibrán se moría de risa, no sabía que hacer y Ramón en lugar de ayudarlo no hacía más que molestarlo.
Salieron de la casa, ambos le dieron la bienvenida y se fueron. Pronto llegaron al embotellamiento del libramiento, en un segundo se le heló la sangre a Ramón, eran patrullas, muchas patrullas. Gibrán trató de calmarlo, eran patrullas de seguridad pública y no llevaban nada que no fuera legal, a Ramón lo que le preocupaba es que tránsito los detuviera, hacía algunos meses había perdido su cartera con su licencia para conducir, además de circular con placas del Distrito Federal vencidas hacía mucho tiempo, el que Gibrán le dijera eso lo tranquilizó, sin embargo se sentía inquieto. Avanzaron unos metros y el embudo del retén se hacía más angosto, cuando llegaron al lugar dónde estaban los de seguridad pública avanzaron un poco más rápido, cuándo ya casi salían del embudo, una joven de SP les hizo la señal de detenerse, de haberse decidido podrían haber acelerado y desaparecer, sin embargo se "orillaron a la orilla" y esperaron lo inesperado.
Dos señoritas (bueno... por decirles con respeto, en estos tiempos uno no sabe quienes son señoritas, lo dejemos en "Seños" para no entrar en detalles), dos "seños" se acercaron y pidieron los papeles, Ramón sabía que nada estaba en regla así que habría problemas. Gibrán sacó de la guantera la tarjeta de circulación (más que vencida... vencidísima) y Ramón se hacía menso buscando en su cartera una licencia de manejo inexistente.
La licencia no la traje oficilal - Dijo Ramón - Híjole, el joven no trae licencia, vamos a tener que llamar al de tránsito... (silbido). Ella le explicó lo que pasaba, el de tránsito se acecó, leyó los datos de la tarjeta de circulación y preguntó de quién era el vehículo - Es de mi abuelo - dijo Ramón, las manos le temblaban. - Pues vamos a tener que confiscar el vehículo, nos lo llevamos al corralón y le doy su infracción por conducir sin licencia -
Karina intervino - Oficial, ¿no se puede hacer nada?, ¿Qué solución nos propone?- El tránsito dudó un poco, Ramón pensó en ese instante que estaría pensando en pedir dinero pero no fue así, propuso quitar ambas placas y otorgar un permiso de 15 días con el fin de realizar los trámites de actualización, pero no se podría mover el vehículo en esos 15 días, a parte la infracción por la licencia, total del chistecito, casi $7,000
El oficial se alejó del vehículo, llamaría a una grúa según les dijo y después se arreglaría el papeleo, mientras se alejaba una "seño" de SP se acercó a la ventanilla y en voz baja dijo - Vayan a hablar con él antes de que llame a la grúa, esto se puede arreglar aquí. Resginado a que perdería dinero, Ramón se bajó del carro y Gibrán lo acompañaba, se dirijieron hace el oficial y éste al verlos se acercó también. Volvieron a preguntar sobre que solución les podía dar y repitió lo mismo, retiro de placas y multa por licencia. - Oficial, díganos alguna otra forma en que nos pueda apoyar - dijo Ramón, el policía dudó unos segundos y dijo - Que quede claro que ustedes me están pidiendo apoyo, yo no les estoy pidiendo nada ¡eh!, pues no se si yo los pueda ayudar pero a lo mejor "Sor Juanita si puede" - . Ramón no podía creer el cinismo del tránsito, generalmente se limitan a pedir "mordida", pero que sumado a eso pusiera "el precio" era inconcevible (Para aquellos que no sepan la "Sor Juanita" es un billete de $200).
A Ramón no le quedaba más remedio que aceptar la oferta, era noche y no quería pasar 15 días sin carro sólo por no actualizar las placas (vaya mentalidad ¿no?). Con un rápido movimiento extrajo de su bolsillo un billete de $200 y al tiempo en que dijo - Oficial, ¿me devuelve mi tarjeta de circulación? - disimuladamente intercambió el billete por la tarjeta sin que nadie se diera cuenta, incluyendo a Gibrán que estaba al pendiente de cada movimiento, no se percató de nada, después se sorprendió cuando Ramón le dijo que le habían estafado dinero.
Tiempo después Ramón se dio cuenta del mal que había hecho, pero lo hecho, hecho está. Las palabras del oficial retumbaron en su cabeza una y otra vez; "Que quede claro que ustedes me están pidiendo apoyo, yo no les estoy pidiendo nada ¡eh!". ¿Cuántas veces nos hemos quejado de la corrupción que existe en nuestro país?, sin embargo, tal como lo dijo el policia, somos nosotros quienes pedimos que nos dejen ir por una suma de dinero, ellos realmente no lo piden. Esto no quiere decir que nosotros tengamos el 100% de la culpa, en su ética debería estar el rechazar cualquier tipo de chantaje, pero como dice el refran, "¿A quién le dan pan que llore?"

Pero en fin, ahora pasaremos al tema que Ramón prometió hace algunos días, LOS BESOS.

Como muchos de los que leen este blog ya se pudieron dar cuenta, Ramón estuvo haciendo una encuesta por el messenger sobre los besos, eso es porque una encuesta reveló que el 90% de las mujeres mexicanas prefieren los besos con sabor a menta o pasta dental, mientras que el 90% de los hombres mexicanos prefieren los besos con sabor a cerveza... raro ¿no?.
Ramón continuó con la encuesta y descubrió datos reveladores, las mujeres en verdad si prefieren los besos frescos con sabor a menta y detestan los besos dulces con sabores como chicle o chocolate, mientras que los hombres en verdad adoran los besos cerveceros y dulces como chocolate y chicle pero detestan los besos de menta... ¡Qué complicada situación!, entonces, ¿cómo nos damos gusto para besar si no tenemos los mismos gustos?, entonces la encuesta se desvió un poco, ya no era la cuestión de sabores o preferencias en gusto sino que ahora se tornaba hacia una duda recurrente; Besos "salvajes", ¿Morder o no morder?, he ahí el dilema...
Por experiencia propia, Ramón puede decir que una ligera presión con los dientes puede ser delicioso pero cuando se abusa de ello puede molestar. Otros y otras opinan que lo mejor es que te muerdan hasta casi arrancarte el labio, los besos salvajes tienen más recurrencia de lo que se puede uno imaginar.
Un beso salvaje en el desyuno puede no ser muy alentador, es mejor un beso suave, lleno de ternura, pero por la noche, no hay nada mejor que un beso salvaje, para dormir pensando en la persona que te lo dio. Particularmente prefiero un beso tierno que se convierta en salvaje, como un lobito disfrazado de oveja que en el último instante suelta su disfraz y tira a matar... hay por Dios, que delicia... ¿A poco no?

Comenten al respecto, opinen para que esta encuesta crezca, espero su comentario

P.D. Gracias Ita, Manuel, Alice y Kary, por esperar día a día lo que Ramón escribe. ¡Un Abrazo!